El sueco Henrik Larsson colgó anoche definitivamente las botas. Lo hizo durante el encuentro que midió, a su hasta ahora equipo, el Helsingborg frente al Djugardens en la Primera División sueca. Se despidió con derrota, pero lo de menos en el Estadio Olympia era el resultado.
Fue antes de lo esperado, ya que Larsson anunció su retirada para el 1 de noviembre. El delantero sueco no pudo evitar las lágrimas cuando en el videomarcador se mostraron imágenes de su carrera y mensajes de sus ex-compañeros, como Zlatan Ibrahimovic o Alex Ferguson.
Suecia quedó paralizada ante el mejor jugador de los últimos 50 años, como reconoció la Federación Sueca. Al menos es el más querido, porque allá donde ha jugado "Henke" se ha convertido en un jugador muy aplaudido debido a su sacrificio y entrega en cada partido.
Se marcha uno de los jugadores más
lonjevos del fútbol sueco. De padre
caboverdiano y madre sueca, la genética de
Henrik le
proporcionó la mezcla perfecta entre la resistencia y velocidad africana unida a la técnica y juego aéreo sueco.
Larsson se retira con 38 años, siendo el último jugador de la selección sueca que consiguió el histórico tercer puesto en el Mundial de
EEUU ´94.
"
Henke" comenzó su carrera en 1988 en el
Högaborgs BK. Cuatro años más tarde se marchó al equipo de su ciudad, el
Helsingborgs IF, donde llamó la atención del seleccionador sueco y del
Feyenoord holandés, equipo en el que recaló durante cuatro años. Sus buenas dotes
futbolísticas, sobre todo en el juego aéreo, le llevaron al mejor equipo de Escocia, el
Celtic de
Glasgow.
En Escocia
Larsson se convirtió en leyenda, en un semi-Dios. La hinchada católica le eligió en el mejor jugador de la historia justo cuando el club pasó por uno de sus momentos más dulces al vencer 4 ligas, 2 Copas y ser
subcampeón de la Copa de la
UEFA. El sueco superó la treintena de años cuando logró cumplir uno de sus sueños: jugar en el
FC Barcelona. Pese a sufrir una grave lesión de rodilla,
Larsson ganó dos ligas y de nuevo a la afición al dar los dos pases de gol en la final de la Liga de Campeones que el
Barça ganó en París.
Larsson había tocado techo. Tras ganar la
Champions decidió volver a casa pese a los intentos de
Joan Laporta de retenerle un año más. Volvió al
Helsingborgs IF. Allí recibió una nueva oferta
irrechazable: jugar dos meses en el
Manchester, aprovechando el parón de la Liga sueca.
Alex Ferguson contaba con pocos efectivos en el ataque debido a las lesiones y
Larsson echó "una mano" al entrenador escocés. De nuevo una afición a sus
pies, sobre todo tras marcar el día de su
debut. Tal era el cariño recibido que incluso la Reina Isabel
II le nombró
Sir Henrik Larsson, título que rara vez se otorga a extranjeros.
Pasado los dos meses
Larsson volvió a
Suecia, aunque
Ferguson trató de convencerle para que se quedara. Tras un breve inciso en el que debutó como jugador de
floorball, una variedad de
hockey,
Larsson apuró sus días en el
Helsingborgs IF, donde consiguió la Copa de
Suecia.
Todo hasta que
Larsson decidió dejar el fútbol profesional. Años antes había anunciado por dos veces su retirada en la selección, pero
Lagerback le "obligó" a regresar. Anoche fue la retirada definitiva.
Ahora
Larsson volverá a Escocia para sacarse el título de entrenador. Los seguidores del
Celtic ya piensan en "
Henke" como futuro entrenador católico.
Fuente fotografía:
www.elmundodeportivo.es